SOLO QUIERO JUGAR , JUGAR Y JUGAR …

Aprendido a Jugar con nuestros hijos.

Muy seguramente a muchos de nuestros lectores les ha ocurrido algo similar: ya que hemos terminado nuestros asuntos de adultos y entramos al mundo de los niños, en donde nos permitimos jugar, reír y disfrutar el momento con nuestros hijos, nos convertimos en testigos de la gran felicidad y emotividad que esto provoca como efecto de ese encuentro.

Desafortunadamente, no es algo que hagamos a menudo, o con la frecuencia que ellos quisieran, simplemente no tenemos el tiempo, sea porque trabajamos, no estamos en casa, estamos ocupados, cansados o pensando en cosas por resolver, agobiados por forjar un patrimonio a esos niños que lo único que ellos desean es jugar con nosotros.

Cuantas veces nos han invitado a jugar con ellos, mientras nos siguen por toda la casa y nuestras respuestas suelen ser: “al ratito”, “cuando termine lo que estoy haciendo” o “juega con tus juguetes”. Sin tomar conciencia que ellos necesitan que les hagamos caso, que estemos con ellos por lo menos algunos minutos, ofreciendo tiempos de calidad.

¿Pero porqué jugar? Porque el juego es vital para que el niño se desarrolle física, mental, emocional y socialmente. Además, les sirve para plasmar sus emociones.

Muchas veces pensamos que el jugar es exclusivo del niño, sino también del adulto, ya que es capaz de ser creativo y de utilizar toda su personalidad, en donde se experimentan las propias facultades en las que opera la imaginación y en donde la fantasía se sobrepone a la realidad.

De tal manera que el juego no solo implica entretenimiento para el niño, ya que es por medio de este que va construyendo y adquiriendo  nuevos conocimientos, mejorando sus capacidades para desempeñar nuevas tareas, le permite vivir nuevas experiencias, pero lo mas importante, es que quizá sea el único medio para poder expresarse y crear todas las maravillosas cosas que el adulto por distintas situaciones no puede brindarle.

Existen muchas cosas que los niños deben aprender y que mejor manera que a través del juego, el cual no les resulta amenazante, por el contrario, cuando el padre juega con su hijo (a) le proporciona una gran riqueza de actitudes, habilidades e información necesaria para su crecimiento y sobre todo el deseo de aprender nuevas cosas.

 

Cuando el adulto comienza a jugar con su hijo (a), es necesario que descienda a su nivel y que considere que no debe concentrar  toda se atención en la vida de su hijo, de la misma manera en la que el niño no debe centrar toda su atención en actividades de interés para el adulto, es importante que ambos tengan vidas independientes, de esta manera, el niño aprenderá no solo a convivir con sus padres, sino también a poder disfrutar de aquellos momentos en los que tenga que estar solo y pueda poner en practica los conocimientos adquiridos en nuevas experiencias, permitiéndole reforzar lo adquirido  para poder mejorarlo, como lo son las estructuras mentales establecidas por Jean Piaget.

El padre podrá aprender poco a poco a seguir la necesidad que tiene el niño, según el Doctor Mariano Diez Benavides, el padre no debe tratar de anticiparse a las necesidades de su hijo (a), ya que será éste el que le indique el momento en que requiere de su presencia, y es la mejor manera de resolver dicha necesidad del juego mismo, ya que el niño no solo percibe la importancia que tiene para su papá, sino también lo ve en la misma perspectiva que él.

Luise Saatmann, propone 10 consejos a los padres de cómo pueden  ver el juego con el niño, estos son:

1.- Deben tomar en serio el juego de los niños, puesto que para él es la preparación más importante para la vida.

2.- Quien quiera comprender el sentido del juego debe conocer y tener siempre presente el desarrollo del alma del niño.

3.- No se deben aplicar los juicios de los adultos a las acciones de los niños y juzgar por tanto como reprobables alguno de los actos.

4.- No deben inquietarlos por ciertos juegos.

5.- Si se encuentran en la necesidad de limitar los juegos, no deben imponer prohibiciones, sino encontrar la vía mas justa.

6.- Proporcionarle un rincón donde pueda jugar solo sin que lo perturben.

7.- Procurar no perturbar su juego, a menos que sea estrictamente necesario.

8.- No intervenir arbitrariamente en el juego, tratar de buscar el momento oportuno.

9.- Proporcionarle una rica variedad de juegos.

10.- El niño necesita juguetes que dejen a la fantasía infantil la más amplia libertad.

El Dr. Mariano Diez Benavides, recomienda que la hora del juego, se lleve a cabo de forma regular, de esta manera el pequeño conocerá su espacio, sin pretender ser una limitación para los padres, por el contrario, cualquier momento extra que pueden compartirlo resultará beneficioso para ambos. Lo más importante en este espacio, es el aprendizaje colectivo por medio del juego, que contribuye a una mejor vida social, a partir del núcleo más cercano y solido, la familia.

 


Lic. Ma. Gpe. Catalina Valverde Delgado


Bibliografía

Nimnicht G. Arango M. Juegue con su niño y contribuya  al sano desarrollo de sus capacidades intelectuales. Medellin, CINDE, 1991

Pulaski M. El desarrollo de la mente infantil según Piaget: guía para Padres, Barcelona, PAIDOS, 1981

 

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